Sabiduría
"El más paciente con el abuelo Pedro era mi padre. Cuando preso de sus fantasmas rompió el colchón ¡qué lío de plumas había armado, pobre abuelo! Tenía penachos blancos hasta en los bigotes. Papá reía y mamá gritaba. Más gritaba mamá, más se alborotaban las plumas. Alba y yo las cazábamos en el aire y las metíamos en los bolsillos...