Ojo al ojo
Al tuerto Galíndez le metieron un tiro en el ojo sano y con él se le fue la vida. Desde ese día, su matadora no puede mirar por el ojo de la cerradura; del otro lado ve el cuenco vacío del ojo de su víctima. Tampoco puede enhebrar una aguja porque siempre se encuentra con el ojo tapado. No se...