Con marcas indelebles
"Se puso fresco y a mi edad, se nota", dijo Clara de repente. Entró a la casa, buscó un abrigo y regresó a la terraza. El sol empezaba a esconderse detrás de los cerros pero el cielo seguía claro. "Típico atardecer serrano", exclamó mientras se cercioraba de que las hormigas hubieran sucumbido a la generosa dosis de veneno. "Si me...